Los motivos legítimos imperiosos son excepciones establecidas en la normativa de protección de datos que permiten a un responsable del tratamiento de datos personales seguir procesando esos datos a pesar de la oposición del titular de los mismos. Estos motivos se basan en intereses fundamentales de la sociedad o de terceros que pueden prevalecer sobre el derecho de protección de datos personales del titular.
La normativa europea de protección de datos, el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), establece que los motivos legítimos imperiosos pueden incluir, por ejemplo, la prevención de fraude, la protección de la seguridad nacional, la investigación científica y la estadística, y la protección de los derechos y libertades fundamentales de terceros.
Es importante tener en cuenta que estos motivos deben ser adecuados, pertinentes y limitados a lo necesario para lograr el propósito para el cual se procesan los datos, y que el responsable del tratamiento de datos debe realizar una evaluación cuidadosa de los motivos legítimos imperiosos antes de seguir procesando los datos en cuestión.
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