Un Delegado de Protección de Datos (DPD o DPO, por sus siglas en inglés) es una figura establecida por el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea para garantizar la protección de los datos personales y la privacidad de los ciudadanos. La figura del DPD es obligatoria para determinadas empresas y organizaciones, y es una figura clave en la gestión y cumplimiento de la normativa de protección de datos.
El DPD es responsable de garantizar que la empresa u organización cumpla con la normativa de protección de datos, y de informar, asesorar y cooperar con la autoridad de protección de datos competente. Además, el DPD también es responsable de informar y asesorar a los empleados y a las personas afectadas sobre los derechos y obligaciones en materia de protección de datos.
El DPD debe tener un conocimiento especializado en materia de protección de datos y privacidad, y debe ser independiente en el desempeño de sus funciones, sin recibir instrucciones o presiones de la empresa u organización. Además, el DPD debe ser accesible y estar disponible para cualquier consulta o cuestión relacionada con la protección de datos personales.
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