Las transferencias de datos personales a terceros países se refieren al movimiento de datos personales desde la Unión Europea (UE) a países fuera de la UE. Esto puede suceder por varias razones, como el almacenamiento de datos en servidores ubicados en otros países, la utilización de servicios en la nube que almacenan datos en servidores en el extranjero o la transferencia de datos entre empresas subsidiarias ubicadas en diferentes países.
Por lo tanto, la transferencia de datos personales a terceros países está sujeta a restricciones y requisitos legales. Por ejemplo, el Reglamento General de Protección de Datos de la UE (RGPD) establece que las transferencias de datos personales a terceros países solo pueden llevarse a cabo si el país receptor garantiza un nivel adecuado de protección de datos personales. Si el país receptor no garantiza un nivel adecuado de protección, se requieren medidas adicionales de protección de datos, como la celebración de acuerdos de transferencia de datos adecuados, como los contratos de transferencia de datos estándar de la UE, o la obtención de autorización de las autoridades de protección de datos.
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